Al finalizar la Guerra
Nacional, inició para Nicaragua una etapa llena de cambios que dieron la pauta
para la conformación de una nueva sociedad, que se puso de manifiesto con el
período de los Treinta Años de Gobierno Conservador.
El gobierno de esta época estuvo en manos de un pequeño grupo de
familias vinculado por lazos sanguíneos o económicos, por lo que se la da el
nombre de gobierno oligárquico.
El progreso material se hizo sentir en diferentes aspectos,
gracias en gran medida al cultivo del café. Durante este período, los Jefes de
Estado fueron: Tomás Martínez, 1858-67; Fernando Guzmán, 1,867-71; Vicente
Cuadra, 1871-75; Pedro Joaquín Chamorro, 1875-79; Joaquín Zavala, 1879-83, Adán
Cárdenas, 1883-87; Evaristo Carazo, 1887-89; y Roberto Sacasa, 1889-1893.
De acuerdo al Pacto Providencial firmado el 12 de septiembre de
1856, se efectuaron elecciones para una Asamblea Constituyente que se encargó
de redactar una nueva Constitución en 1858, en la que el poder político quedó
limitado a un pequeño grupo de electores y a una reducida minoría para optar a
los cargos de presidente y senadores.
Para poder mantener esta estructura política, y el carácter de
ciudadano que pudieran tener los pobladores de la nación y para poder votar; se
vio restringido por la Constitución en su artículo 8, donde se estipulaba que
para ser ciudadanos y tener derecho al voto debían de ser: mayores de 21 años o
de 18 en el caso que tuvieran algún grado científico o sean padres de familia,
siendo de buena conducta y teniendo una propiedad que no baje de 100 pesos o
una profesión o industria que al año produzca lo equivalente.
Por otra parte, el artículo 28 establecía que para ser presidente
había que ser seglar (laico), padre de familia, mayor de 30 años y poseer un
capital de bienes raíces al menos de 4,000 pesos. Para ser senador, de acuerdo
al artículo 29 era necesario poseer un capital de bienes raíces que no bajara
de 2,000 pesos, se daba por sentado un sistema político de carácter
oligárquico; pues no cualquier persona contaba con estas características en
términos económicos para ser ciudadano y poder votar, y menos para optar a un
cargo público. Desde el inicio del período de los Treinta Años Conservadores
hasta su finalización en 1893, hubo una paz interrumpida brevemente por algunos
movimientos armados insignificantes en 1863, 1869 y 1885. Los problemas fueron
meramente de carácter financiero.
Cambios que se registraron en la sociedad nicaragüense entre
1857-1893 En esos años los ingresos del Estado provenían de lo que se cobraba
en las aduanas, los monopolios de la producción agrícolas entre ellos, la venta
del tabaco, aguardiente y de los impuestos sobre artículos importados. No había
impuestos directos ni sobre la renta ni sobre los bienes inmuebles.
La paz en este período y las condiciones internacionales favorecieron
el progreso material. La mayor innovación fue el desarrollo del cultivo del
café. Las primeras plantaciones de café se hicieron en las Sierras de Managua y
en la Meseta de Carazo a mediados del siglo XIX. En los años siguientes se
extendieron a las zonas de Matagalpa, Jinotega y la región de la Segovia.
La importancia del café derivó de su papel en la economía del
país. Llegó a constituir la principal fuente de divisas de Nicaragua hasta
mediados del siglo XIX acarreando transformaciones en el agro y en la
infraestructura del Estado.
Un primer cambio tuvo que ver con la estructura agraria que había
prevalecido hasta entonces, en la que la propiedad comunitaria indígena y las
tierras comunitarias de los pueblos eran elementos básicos de la organización
social. A lo largo de este período se dictaron leyes que autorizaron la venta
de tierras ejidales de las comunidades indígenas a propietarios individuales.
Por otro lado, la necesidad de garantizar el funcionamiento en las
haciendas llevó a la promulgación de numerosas leyes favorables a los
latifundistas. La ley de 1862, establecía que los jueces podían multar a los
trabajadores que no cumplían con sus contratos. Aquellos que abandonaban el
trabajo en las haciendas eran perseguidos y devueltos a sus patrones.
Durante los diferentes gobiernos conservadores, tomaron
importantes iniciativas para el desarrollo del país. Una necesidad muy sentida
era la de mejorar los sistemas de transporte y las vías de comunicación. Se
promulgó una ley de caminos para facilitar el transporte por diligencias, carretas
y caballos entre Granada y León. Una nueva carretera fue construida entre
Managua y Jinotepe para facilitar el traslado del café.
Con esta misma idea dio inicio en 1,876 la construcción del
ferrocarril del Pacífico de Nicaragua, primero entre Puerto Momotombo y Corinto
y después entre Granada y Managua.
Con el fin de favorecer las comunicaciones en el país, dió inicio
en 1876, la construcción de una línea telegráfica entre San Juan del Sur y
Corinto, pasando por Rivas, Granada, Masaya, Nagarote, León y Chinandega. Más
tarde, se extendió a los departamentos del Centro y del Norte del país, así
como a los países centroamericanos.
La navegación marítima y fluvial también recibió un notable impulso.
Se estableció una Compañía de Navegación que hacía el trayecto en vapor entre
Granada y San Juan del Norte. Había, asimismo, un servicio de vapores entre Managua
y Puerto Momotombo. De tal manera que Corinto en el Pacífico, se hallaba en
comunicación con San Juan del Norte en el Mar Caribe. Por otra parte, la gente
que escribía lo hacía en periódicos o folletos. Los artículos publicados eran
siempre anónimos o firmados con un seudónimo, siendo objeto principal de
polémica. La Gaceta Oficial, salía una vez a la semana y los otros periódicos
aparecían de vez en cuando hasta desaparecer por falta de lectores.
La enseñanza estaba limitada a un sector muy reducido de la
población. Muy poca gente sabía leer y escribir. Antes de 1860, la obra escrita
o impresa se refería casi exclusivamente a documentos de carácter
gubernamental. Por otra parte, muy pocos libros venían al país. Una que otra
persona de León y en Granada tenían unos cuantos libros.
En la segunda mitad del siglo XIX, se hicieron esfuerzos de parte
del gobierno por impulsar la instrucción en el país. En 1842, había unas 92
escuelas, las de varones, 3 871 estudiantes y las de niñas con 532 estudiantes.
Además, tres colegios de secundaria en total, uno en León, otro en Granada y un
tercero en Rivas. Esto quiere decir, que sólo un 15% de los niños en edad
escolar asistía a las escuelas. La universidad de León contaba en 1872, con 66
estudiantes.
En Granada funcionaba una facultad de Derecho. En 1882, se abrió
la Biblioteca Nacional, que quince años más tarde contaba con 8,000 volúmenes.
La paz y la estabilidad política de la segunda mitad del siglo XIX, fueron
favorables a la vida del espíritu. Es así, que vemos a los gobiernos de la
época interesados en la reconstrucción de Iglesias, en la enseñanza y en las
publicaciones.
Hacia 1860, muchas iglesias se hallaban en ruinas debido al abandono,
a las destrucciones causadas por las guerras, a los temblores y terremotos por
fragilidad de los materiales de construcción utilizados. El gobierno, apoyado
en las alcaldías dio todo tipo de ayuda para la reparación, construcción de los
edificios religiosos.
La iglesia de San Francisco, incendiada por los filibusteros fue
reedificada en 1867. La de Nandaime fue reconstruida entre 1859 y 1872. La de
Rivas también fue reparada. En San Marcos dió inicio la construcción de un
nuevo templo. La crisis de los gobiernos conservadores vino cuando en 1889,
murió en el ejercicio del poder Evaristo Carazo. Al no haber quién lo sucediera
en el poder pues no se contemplaba la figura del vicepresidente, la Asamblea
Legislativa recurrió al mecanismo de insaculación, tal como lo establecía la
ley, es decir, que por escrutinio se eligían cinco senadores propietarios o suplentes
cuyos nombres eran guardados en pliegos separados y depositados en una urna, de
los cuales se elegirían tres al azar y debidamente enumerados para ser llamados
al ejercicio del poder ejecutivo.
Del mecanismo de insaculación, (sacar del saco los votos) salió
electo Roberto Sacasa para concluír el período correspondiente a Evaristo
Carazo. Concluído su período, Sacasa inició los pasos para su reelección, cosa
que no agradó a los conservadores, pues uno de los principios que establecían
como partido era la no reelección presidencial.
Sacasa argumentó, que él no estaba contraviniendo en ningún caso a
este principio, pues el que estaba concluyendo se debía a razones especiales y
no significaba haber estado en el poder un período completo. Sin poder
evitarlo, Sacasa fue reelecto presidente y poco a poco empezó a tomar medidas
para evitar una revuelta por parte de los conservadores así que trasladó las
armas del cuartel de Granada hacia Managua, ante esta y otras medidas los
conservadores se levantaron en armas y junto a los liberales de León despojaron
a Sacasa del poder.
Conservadores y Liberales, formaron una junta de gobierno temporal
para decidir cómo quedarían repartidos los poderes luego de la caída de Sacasa.
Por entonces, ya figuraba José Santos Zelaya dentro del partido liberal, y al
no haber acuerdos entre uno y otro se desató otro conflicto para decidir cuál
de los dos prevalecería. Zelaya que lideraba las fuerzas en Managua, se vio
pronto como líder de los liberales que pronto vencieron a las fuerzas
conservadoras ya debilitadas por los primeros embates contra Sacasa.
El 11 de julio de 1893, Zelaya y sus tropas entraron triunfantes a
Managua, luego se firmó el Pacto de Sabana-Grande, donde los conservadores
aceptaban la victoria de los liberales con Zelaya a la cabeza.
1.-Escribe los Presidentes del Gobierno Conservador.
2.-Explica lo que se hizo acorde al Pacto Providencial el 12 de Septiembre de 1856.
3.-Completa lo que establecía la Constitución de 1856 en los siguientes arto.
a.- Arto 8:
b.- Arto 28.
4.-Nombre las actividades de donde el Estado obtenía ingresos.
5.- Diga los lugares donde se establecieron las plantaciones de café en Nicaragua.
6.-Enumera los cambios que se realizaron durante el gobierno Conservador en un cuadro sinóptico

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